Los pensamientos suicidas son una señal de alarma que debe tomarse con la máxima seriedad. Sin importar su intensidad o frecuencia, indican que la persona está atravesando un dolor inmenso y necesita apoyo urgente.
Es natural sentir miedo y angustia cuando alguien cercano atraviesa pensamientos suicidas, y a menudo no sabemos qué decir o hacer. Por eso, te comparto algunas acciones y frases clave para abordar ese momento con conocimiento y compasión.
Si sospechas o has confirmado que alguien tiene pensamientos suicidas, estas frases pueden abrir la conversación y ofrecer el apoyo que necesita:
“No estás solo/a.” La soledad suele ser un componente central del sufrimiento emocional. Recordarle a la persona que hay quienes se preocupan por ella (incluso si en este momento no lo siente) puede tener un impacto significativo.
“Tu vida importa.” Cuando alguien contempla el suicidio, suele pensar que su existencia no tiene valor o que los demás estarían mejor sin él o ella. Es importante contrarrestar eso con una verdad: la vida de cada persona tiene un valor único e irreemplazable.
“Estoy aquí para ti, y quiero ayudarte.” No necesitas tener todas las respuestas. A veces, lo más poderoso que puedes ofrecer es tu presencia, tu escucha y tu disposición a acompañar a la persona a buscar ayuda profesional.
“Aunque ahora parezca insoportable, el dolor puede disminuir con apoyo y tiempo.” El dolor emocional, por intenso que sea, no es eterno. Muchas personas que han tenido pensamientos suicidas y han sobrevivido expresan gratitud de haberlo superado. Las emociones cambian. La situación mejora con el apoyo adecuado.
Recuerda, no tienes que “salvar” a nadie solo/a. Tu rol es acompañar y facilitar el acceso a la ayuda experta. Puedes animar a la persona a buscar apoyo en:
- Un psicólogo o psiquiatra
- Una línea de ayuda
- Un centro de salud mental
Es vital investigar y tener a mano las líneas de atención de crisis 24 horas de tu país o localidad para compartirlas cuando sea necesario.