En los momentos más oscuros de una crisis suicida, el acompañamiento puede ser la luz que cambie el rumbo. Aunque las palabras fallen, el simple acto de estar ahí, escuchar de corazón y extender una mano, ofrece un sostén fundamental a quienes sienten que no hay salida.
Aquí te comparto cinco acciones concretas que pueden salvar vidas:
1. Pregunta sin miedo: Hablar abiertamente del suicidio no lo provoca; al contrario, puede ser un alivio para quien está sufriendo saber que alguien se preocupa. Preguntar directamente: “¿Estás pensando en suicidarte?”
No aumenta el riesgo, sino que abre la puerta para que la persona exprese lo que siente. Hazlo con empatía, sin juzgar, y muestra disposición para escuchar.
2. Muestra que estás ahí: No se trata de encontrar las palabras perfectas, sino de estar presente. Acompaña sin presionar, escucha con atención y valida sus emociones.
Clave: Cuando alguien está en crisis, no siempre necesita soluciones, solo necesita saber que alguien está ahí, sin juicios, sin prisas. Como sostener la mano de alguien en la tormenta. Evita minimizar sus sentimientos o dar consejos apresurados, como: “Todo va a estar bien”, “No pienses en eso”, “Sé fuerte”.
3. Ayuda a la persona a mantenerse a salvo: Si la persona tiene un plan o acceso a medios letales, el riesgo es mayor. En ese caso:
- No la dejes sola.
- Busca ayuda profesional de inmediato.
- Si es posible, retira objetos peligrosos del entorno.
¡La seguridad es la prioridad en este momento!
4. Ayúdale a conectar con apoyo profesional: Anímale a buscar ayuda profesional (psicólogos, psiquiatras, líneas de ayuda). También puedes ayudar a reconectar con familiares, amigos o grupos de apoyo.
Puedes decir: “No tienes que enfrentar esto solo/a. Hay personas que pueden ayudarte, si quieres, podemos buscar a alguien juntos.”
5. Mantente en contacto. Darle seguimiento después de la crisis es fundamental. Un mensaje, una llamada o una visita pueden mostrarle que no está viviendo esto en soledad y que a alguien le importa.
No tiene que ser algo complicado: un mensaje preguntando cómo ha estado, una invitación a tomar café, o simplemente recordarle que hay alguien que lo escucha cuando lo necesite.
Recuerda: Tu presencia puede hacer más de lo que imaginas. Acompañar no significa tener todas las respuestas, solo estar presente y mostrarle a la persona que le quieres y te importa. A veces, eso es lo que realmente salva vidas.